Historia De Jerusalém
Importancia histórica: antecedentes.
Los actuales palestinos son los descendientes de los primeros y primitivos habitantes de Palestina: filisteos, cananeos y otras tribus, y han vivido en la región, permanentemente y sin interrupción, desde los albores de la historia. Su establecimiento en Palestina se remonta hasta 40 siglos. Más tarde hubo allí varias infusiones de otros elementos raciales, principalmente griegos, romanos y arabo-musulmanes. La conquista de Palestina por los árabes en el 637d.C. no fue el punto de partida de su ocupación de la región. Los árabes son un pueblo pre-islámico, el número de invasores de la época de la conquista árabe-musulmana fue pequeño y fueron asimilados por los habitantes indígenas Pero el linaje palestino, que comprende tanto a cristianos como musulmanes, siguió constituyendo el principal elemento de la población hasta que, en 1948, la mayoría fue desplazada por los israelíes [1].
Durante sus 5.000 años de historia, Jerusalén prosperó como importante centro político y cultural, y como casa de la fe para las tres religiones monoteístas. La ciudad ha soportado guerras y conflictos pero, a pesar de algunos acontecimientos turbulentos en el pasado, ha mantenido una imagen pacífica de unidad y santidad. Sin embargo, debido a su importancia como un símbolo político y como centro geográfico de la región, ha sido objeto de litigios por el derecho exclusivo de su dominio. La historia reciente, signada por el conflicto árabe-israelí, ha alimentado una larga pugna sobre su futuro y ha hecho de Jerusalén una cuestión vital y pendiente de solución en la política del Oriente Próximo. La ciudad se encuentra en el corazón del conflicto árabe-israelí. Los gobernantes de Jerusalén, a través de la historia, han empleado continuas y bien planificadas estrategias sobre las reivindicaciones territoriales, demográficas, religiosas, y la propiedad, con el fin de mantener el control y la soberanía en la ciudad.
Jerusalén a través del tiempo.
A lo largo de los siglos, Jerusalén ha tenido épocas prósperas, épocas de convivencia con justicia, y períodos oscuros de régimen opresivo y derramamiento de sangre. Las primeras huellas de asentamientos en Jerusalén datan de hace aproximadamente 5.000 años. Las primeras tribus conocidas fueron los cananeos y los jebuseos.
Hace alrededor de 3.000 años, la ciudad fue conquistada por el rey David, de los jebuseos. Es en esta época en la que se basa la reivindicación de la ciudad por parte de los judíos. Los judíos fueron expulsados de Jerusalén por los babilonios, pero Ciro, rey de Persia, les permitió regresar hacia el 500 a. C. A partir de entonces se sucedieron una serie de gobernantes extranjeros hasta el año 63 a. C en que los romanos se hicieron con el control de la ciudad. Jerusalén permaneció bajo la autoridad del emperador romano de Oriente hasta el siglo séptimo, cuando, en el año 638 d. C , el patriarca Safronios entregó las llaves de la ciudad al califa Omar Ibn Al-Khattab. El califa árabe musulmán otorgó a los habitantes de Jerusalén la condición de “dhimmis”, es decir, "personas protegidas" que conservaban la libertad de practicar su propia religión. Fue este un periodo de tolerancia y armonía [2].
A principios del siglo XI Jerusalén atravesó un período más oscuro, cuando el califa egipcio Al-Hakim persiguió a cristianos y judíos y destruyó la iglesia del Santo Sepulcro. Una posterior conquista de la ciudad por los turcos seléucidas trajo a sus habitantes represalias y opresión. Desde entonces la ciudad permaneció bajo el dominio árabe-islámico hasta que en 1099 fue capturada por los cruzados. Los cruzados (“Al-Firanj") masacraron a musulmanes y judíos y convirtieron Jerusalén en una ciudad cristiana en la que no se permitía vivir a los no cristianos. El dominio cristiano se prolongó hasta 1187, año en que Salah Eddin conquistó la ciudad. Salah Eddin devolvió a Jerusalén su genuino papel: dejó a los cristianos el Santo Sepulcro y en 1192 reabrió la ciudad a la peregrinación. En 1229 la ciudad vuelve a caer en manos de Federico II y de nuevo queda prohibida a los musulmanes y judíos hasta que, en 1244 queda bajo el dominio de los mamelucos de Egipto [3].
Los mamelucos gobiernan Jerusalén desde El Cairo, de 1260 a 1516, sucedidos por el imperio otomano, de 1516 a 1916-18. Los mamelucos y otomanos transforman el aspecto físico de la ciudad, dotándola de espléndidos monumentos religiosos. Los otomanos construyeron las murallas y las puertas de la Ciudad Vieja (1537-1541) y renovaron la Cúpula de la Roca. Jerusalén se mantuvo bajo su dominio hasta 1917[4].
El Mandato Británico (1917-1948)
Según la correspondencia de 1915 de Hussein-McMahon y el Acuerdo de Sykes-Picot de 1916, referente al futuro estatuto político de los territorios árabes de Oriente Medio, las tropas del general Edmund Allenby’s y la revuelta árabe derrotaron a los turcos y Jerusalén fue tomada el 9 de diciembre de 1917. Desde 1917 hasta 1948 permaneció bajo mandato británico, siendo reconocida Jerusalén como capital administrativa y política de Palestina. En este periodo se constituyó una municipalidad con una distribución equilibrada del poder entre las tres religiones monoteístas. En abril de 1920, la Conferencia de San Remo adjudicó a Francia la administración de los antiguos territorios otomanos de Siria y Líbano y al Reino Unido los de Palestina, Transjordania y Mesopotamia (Iraq). Ronald Storrs se convirtió en el primer gobernador militar de Jerusalén, de 1917 a 1926. El 24 de julio de 1922, el Consejo de la Sociedad de Naciones aprobó el Mandato Británico sobre Palestina sin el consentimiento de los palestinos. Los términos del Mandato se hicieron oficiales el 29 de septiembre de 1923.
La resistencia palestina contra el régimen británico presionó a las autoridades del Mandato para que buscaran una solución al conflicto en Palestina. El Libro Blanco Británico de 1922 que limitaba la inmigración judía a Palestina encolerizó a las organizaciones sionistas que, a su vez, utilizaron diversos medios para presionar a los británicos para que permitieran más inmigración judía. Los árabes continuaron la resistencia contra las políticas de las autoridades británicas provocando una serie de revueltas : 1921, 1923 y 1936. Pero los británicos no fueron consecuentes en cuanto a las restricciones a la inmigración judía y en muchos aspectos apoyaron a los grupos sionistas en sus ataques contra los árabes.
En 1936 se celebró la Conferencia de St. James. Gran Bretaña publicó un segundo Libro Blanco que restringía la inmigración hebrea y prometía una Palestina independiente en el plazo de diez años.
En 1946, el Plan Morrison-Grady establecía una tutela británica para una federación de dos provincias autónomas, una árabe y otra judía. El 1947 el Ministro de Exteriores británico propuso un Estado unificado, con autonomía de los cantones árabe y judío, pero bajo tutela temporal británica [5].
En febrero de 1947, Gran Bretaña anunció que no estaba dispuesta a seguir como administrador de Palestina y solicitó una solución a las recién creadas Naciones Unidas. Los palestinos, apoyados por cinco estados árabes más, pidieron un Estado palestino independiente, pero las Naciones Unidas no incluyeron esta propuesta en su agenda y, en su lugar, en mayo de 1947 nombraron un Comité especial (UNSCOP-Comité Especial de Naciones Unidas para Palestina) para estudiar la cuestión palestina. En el Plan de Partición de 1947, (Res.181) la UNSCOP recomendó la división de Palestina en un Estado árabe y otro judío y que “la ciudad de Jerusalén (extendida hasta Belén) quedaría establecida como un corpus separatum bajo un régimen internacional especial administrado por Naciones Unidas”. Los límites de la ciudad debían incluir la municipalidad de Jerusalén de 1947, más los pueblos y ciudades de los alrededores. Por entonces la Ciudad Vieja de Jerusalén y los barrios palestinos -Talbiyeh, Baq’a y Katamon- al suroeste de la ciudad, estaban rodeados por 66 pueblos palestinos (Deir Yassin, Lifta, Malha, Ein Karem, …) mientras que la mayoría de la población judía ultra-ortodoxa se concentraba en una parte de la Ciudad Vieja y en los barrios del noroeste. Los dirigentes judíos aceptaron el plan pero los palestinos lo rechazaron, considerándolo injusto. Se proponía que la parte asignada al Estado judío fuera el 56% de la superficie de Palestina mientras que la población judía representaba sólo el 33% y poseía el 6% de las tierras no urbanas. Este plan nunca se llevó a la práctica.
Antes de la guerra de 1948, los palestinos constituían la mayoría abrumadora en el distrito de Jerusalén y poseía la mayor parte de la tierra. Según el último estudio británico sobre Palestina (diciembre 1946) las estimaciones demográficas eran las siguientes:
La Guerra Árabe-israelí de 1948. La Nakba.
Mientras que los árabes se refieren a la Guerra de 1948 como La Nakba (la catástrofe), los israelíes la llaman “Guerra de Independencia”.
El 14 de mayo de 1948, la Administración judía declaró el establecimiento del Estado de Israel en la parte de Palestina asignada a los judíos por la Resolución 181 de Naciones Unidas. Este hecho fue uno de los puntos de partida de la primera guerra árabe-israelí.
En esta guerra, el equilibrio de poder era muy desigual: el ejército sionista bien equipado y entrenado, luchó contra unos grupos de resistencia palestina pobremente armados, y muchos civiles palestinos huyeron de pánico tras las masacres cometidas por las fuerzas judías en algunos pueblos.
Antes de la llegada de los ejércitos árabes, las fuerzas sionistas lanzaron dos ofensivas – una desde Tel-Aviv y otra desde el mismo Jerusalén (diciembre de 1947 – mayo de 1948) con el resultado de la toma de Jerusalén Oeste y el corredor hasta la costa -violando así la Resolución de Partición de Naciones Unidas.
Hasta el día de hoy, la comunidad internacional, incluido EEUU, no ha reconocido explícitamente la soberanía de Israel, ni siquiera sobre Jerusalén Oeste.
Durante el curso de la guerra de 1948, las fuerzas judías tomaron gran parte del territorio asignado al Estado árabe, incluido el 85% de Jerusalén (en su mayoría el oeste de la ciudad y los barrios aledaños). El ejército jordano tomó el control de la Cisjordania, incluido el 11% de la parte este de Jerusalén (la Ciudad Vieja y los pueblos adyacentes). El otro 4% de Jerusalén fue considerado tierra de nadie donde se establecería el cuartel general de Naciones Unidas.
Entre 64.000 y 80.000 palestinos fueron expulsados por la fuerza, o abandonaron la parte oeste de Jerusalén y los pueblos de los alrededores. En junio de 1948, sus propiedades, incluidas 10.000 viviendas, muebles y negocios, cayeron en manos de Israel en calidad de “Ausencia de Propiedad” [6]. Unos 40 pueblos palestinos de los alrededores de Jerusalén fueron despoblados y muchos de ellos destruidos.
En 1949 Jordania e Israel acordaron un alto al fuego /Acuerdo de Armisticio por el que la ciudad quedó formalmente dividida en Jerusalén Este, controlada por Jordania y Jerusalén Oeste, controlada por Israel. En 1950 el gobierno israelí aprobó la “Ley de Propiedad Ausente” por medio de la cual se transferían las propiedades “abandonadas” al Estado judío. Este hecho marca la primera división de Jerusalén en Jerusalén Este y Oeste.
El 2 de febrero de 1949, el Primer Ministro David Ben-Gurion declaró de forma unilateral que Jerusalén Oeste, el territorio ocupado por Israel, dejaba de ser territorio ocupado y se convertía en parte integrante del Estado de Israel y así, el 13 de diciembre de 1949, Jerusalén Oeste fue declarada ilegalmente -según el Derecho Internacional- capital del Estado de Israel.
El 19 de diciembre de 1949, la Asamblea General de Naciones Unidas votó la Resolución 303, por la que reiteraba su intención de poner a Jerusalén bajo un régimen internacional permanente que garantizara de manera apropiada la protección de los Santos Lugares, tanto dentro como fuera de Jerusalén, y confirmaba las Disposiciones de Partición establecidas en la Resolución 181 de 1947. Este Plan nunca se llevaría a la práctica.
Ocupación israelí de 1967.
Durante la guerra de junio de 1967, Israel ocupó la Franja de Gaza y Cisjordania, incluyendo Jerusalén Este. Y a partir de entonces, los objetivos y las políticas de Israel con respecto a Jerusalén han seguido un patrón muy claro: llevar a cabo hechos irreversibles en la ciudad que permitan que Israel se afiance y mantenga el control exclusivo.
Inmediatamente después de la guerra de junio de 1967, el Gobierno israelí comenzó a redefinir los límites municipales de las dos partes de Jerusalén.
Los límites municipales de Jerusalén Este, que abarcaban 6,5 Km², se extendieron por la anexión al territorio del Estado de Israel de 70 Km² más (70.000 dunums [7]) de Jerusalén Este, y de 28 aldeas de los alrededores, que se sumaron a los 38.000 dunums del entonces Jerusalén Oeste [8]. Las nuevas fronteras municipales, que ahora abarcaban 108 Km² (Este y Oeste de Jerusalén) lo que representa el 28% de Cisjordania, se planificaron para consolidar la integridad geográfica y la mayoría demográfica judía en las dos partes de la ciudad. Como consecuencia de ello, muchas zonas pobladas por palestinos, como Ar-Ram, Abu Dis, Izzariya y Camp Qalandia, quedaron excluidas.
El 28 de junio de 1967, la Knesset modificó la Ley de 1950, que proclamaba a Jerusalén como capital de Israel, para extender ilegalmente la jurisdicción israelí a la parte oriental de la ciudad. Uno de los primeros pasos después de la guerra fue el desalojo forzoso de más de 6.000 palestinos del barrio Mughrabi de la Ciudad Vieja y la destrucción de sus viviendas (por lo menos 135), con el fin de crear una plaza frente a Al-Buraq (la Muralla Oeste).
El 4 de julio de 1967, por medio de la Resolución 2253 de la Asamblea General de Naciones Unidas, se exhorta a Israel a “derogar todas las medidas adoptadas y a desistir inmediatamente de emprender cualquier iniciativa que altere el Estatuto de Jerusalén”. Con total desprecio a la resolución, Israel confiscó 25.870 dunums de tierra palestina en Jerusalén, sólo en los tres primeros años de ocupación [9].
Políticas israelíes a partir de 1967.
Las estrategias de Israel sobre Jerusalén han sido promovidas por la municipalidad, con el apoyo incondicional del gobierno nacional, y fueron ideadas por el ex-alcalde Teddy Kollek, cuyos planes y políticas se llevan a la práctica hasta el día de hoy y han dado como resultado el aislamiento de Jerusalén con respecto a Cisjordania. La estrategia israelí para lo que se ha dado en llamar “judaización” lleva consigo la colonización de la Ciudad Vieja, sus inmediaciones y alrededores, y la construcción de barrios con nuevas comunicaciones por carretera, con objeto de poblar dénsamente el área metropolitana de Jerusalén Este.
Las tierras propiedad de los palestinos se declaran vacantes, o sin uso, para justificar así su expropiación y para bloquear el desarrollo de los palestinos y de sus viviendas e inducirlos a abandonar la ciudad. Como se estipula en la Ordenanza de Tierras: Adquisición de Tierras Públicas, de 1943, el Ministerio de Finanzas de Israel fue autorizado a emitir órdenes de expropiación de tierras privadas “si existiese un interés público”, tal y como fue definido simplemente por el Ministerio de Finanzas. En aplicación de esta ordenanza [10], entre 1967 y 1996 se expropiaron unos 23.500 dunums a los palestinos de Jerusalén.
El 30 de julio de 1980 el gobierno israelí, por medio de su Ley Básica de Jerusalén, reafirmó -de facto- la anexión y declaró Jerusalén “capital eterna indivisa” de Israel. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas emitió entonces la Resolución 478, condenando a Israel por constituir este hecho una grave violación del Derecho Internacional y de la Cuarta Convención de Ginebra. La Resolución, de 20, agosto de 1980, dictamina que “toda medida legislativa o administrativa, o acción tomada por Israel, poder ocupante, que altere o tenga intención de alterar el carácter y el estatus de la Ciudad Santa de Jerusalén y, en particular la reciente Ley Básica sobre Jerusalén, son nulas y sin efecto y deben revocarse inmediatamente”.
Estatus legal.
Según el Derecho Internacional, Jerusalén es un territorio ocupado lo que significa que le es aplicable la Cuarta Convención de Ginebra, e Israel no puede reclamar Jerusalén Oriental por haber tomado la ciudad militarmente. La comunidad internacional rechaza la reivindicación de Israel como su “capital eterna e indivisible”, tanto de Jerusalén Oeste como de Jerusalén Este y, consecuentemente, ha denunciado los intentos de Israel de cambiar el estatuto de la ciudad.
Estos intentos, y las políticas y prácticas llevadas a cabo por Israel en la ciudad, violan la Cuarta Convención de Ginebra y los Convenios y Convenciones Internacionales, por ejemplo, el Convenio Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Convención para la eliminación de todas las formas de Discriminación Racial, y decenas de resoluciones de las Naciones Unidas que, repetidamente, han subrayado la ilegitimidad de la anexión de Jerusalén y que Jerusalén sea parte integrante de los territorios ocupados.
Sin embargo, Israel puede revocar la residencia si se opta por vivir en el extranjero o en los territorios palestinos por un largo periodo de tiempo [11].
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Según la ley israelí, el estatus legal de Jerusalén es diferente al del resto de los territorios ocupados en 1967 que se encuentran bajo ocupación militar. Como residentes permanentes, los habitantes palestinos de Jerusalén tienen derecho a ciertos beneficios negados a los palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza (p. ej. Seguro Nacional y Seguro de Salud), pueden viajar libremente y tener acceso al empleo en Jerusalén y en Israel. Pero también tienen que pagar todos los impuestos estatales y municipales que pagan los israelíes, no pueden salir del país sin documentos de viaje del Ministerio del Interior israelí y son objeto de leyes discriminatorias y de políticas que tienen como fin menguar la población palestina de Jerusalén (Ley de Ciudadanía y Entrada en Israel; Leyes de Construcción y Planificación).
Los árabes de Jerusalén Este tienen derecho a participar en las elecciones, tanto para votar como para ser elegidos, pero como se niegan a reconocer la anexión ilegal de Jerusalén Este por parte de Israel, sólo un pequeño porcentaje lo hace. Así pues, un tercio de la población de Jerusalén no se encuentra representada en el Ayuntamiento.
NOTAS:
- ® Henry Cattan: Palestina, los árabes e Israel; Siglo XXI editores S.A. ; primera edición en español